Imagínate que tu eres una mujer en Sudán. Tu padre musulmán abandonó a tu familia cuando eras joven. Tu madre cristiana te crio. Con el tiempo te casaste con un hombre cristiano y diste a luz a un niño. Luego, dos años más tarde, mientras estabas embarazada de tu segundo hijo, te metan a la cárcel.
Un juez musulmán te acusa de dejar el Islam o apostasía, que conlleva una sentencia de muerte y adulterio por casarte con un cristiano. También enfrentas un castigo de 100 latigazos por adulterio.
Esta es la pesadilla de Meriam Yahia Ibrahim Ishag. El 15 de mayo el juez dijo: "Le doy tres días para retractarse”, sin embargo la mujer se mantuvo firme y no quiso volver al Islam. Entonces el juex la sentencio a ser ahorcada hasta la muerte. "Sorprendentemente, Meriam audazmente contestó:" Yo soy cristiana y no cometí apostasía. "
Meriam tenia ocho meses y medio de embarazo cuando fue encarcelada, dentro de la prisión ella esta a cargo del cuidado de un hijo de 20 meses de edad, Martin. Desde entonces, Meriam dio a luz a una niña en la prisión del hospital y actualmente cuida a dos niños menores de 2 años. Su esposo, Daniel Wani, ha podido visitar a su familia, pero no ha sido capaz de conseguir la liberación de Meriam y su niños. Debido a que Meriam es una nueva madre el "sistema de justicia" de Sudán, le concedió una suspensión de dos años.
Aunque el caso de Meriam no ha llamado la atención internacional como las niñas desaparecidas en Nigeria, la gente está empezando a tomar nota. Un investigador de Amnistía Internacional en Sudán dice: "El hecho de que una mujer haya sido condenada a muerte por religión, y ser flagelada por estar casada con un hombre de una religión diferente es terrible y detestable. "De acuerdo con el Pew Research Center , Sudán es uno de los diez países del mundo que prohíbe la apostasía, y uno de los cinco países que criminaliza la blasfemia.
Sudán tiene más problemas que sólo su código legal islámico. La nación de 45 millones de personas que en su mayoría son árabes musulmanes en norte y los cristianos negros en el sur, tiene una crisis tras otra. La guerra civil ha matado a más de 1,5 millones de personas en los últimos tres decenios.
La mayor parte de esta injusticia, ha pasado desapercibida por el resto del mundo. Así que se debe hacer algo más que lanzar una campaña de Twitter. Se debe a instar al gobierno para que exija la liberación de Meriam. Más importante aún, oremos para que el Señor ayude Meriam.
Cuando estemos orando podemos pedir no sólo que Meriam y sus hijos obtengan la libertad, también por que la luz de Cristo penetre en la oscuridad del Islam militante tanto en Sudán del norte como en Nigeria, y en todo el mundo.
Eso significa oración por los cristianos que viven bajo circunstancias extremadamente difíciles, injustas, así como por los misioneros llamados a compartir las buenas nuevas de Jesús.